Howard Schultz
Howard
Schultz es uno de esos emprendedores que pasan a la historia por crear empresas
legendarias. Con su espíritu emprendedor y soñador comenzando con un pequeño
establecimiento en Seattle, crear una cadena de cafeterías que hoy cuenta con
17.000 establecimientos en todo el mundo, genera más de 12.000 millones de
dólares en ventas anuales y emplea a más de 200.000 personas, hablamos de la
aventura de Starbucks.
Evidentemente,
pueden aprenderse muchas y muy valiosas lecciones de alguien con estos avales.
Schultz
sostenía que la empresa se debería construir sobre valores y principios, y que
estos debían ser tan importantes como el posicionamiento de la marca o el
producto que estaban vendiendo. Ese dogma aún sigue vigente en Starbucks.
“Yo crecí
en Brooklyn, mis sueños estaban más allá de mi condición. Quería construir una
compañía diferente, en la que mi padre nunca tuvo la oportunidad de trabajar.
La idea llegó de ver de primera mano, que si no eras una persona muy educada o
con mucho éxito, el ambiente laboral no te trataría con respeto”, nos dice.
Starbucks
vivió una época negra durante la recesión, pero Howard Schultz regresó para
levantarla. A su regreso, los ingresos y ganancias de Starbucks estaban por el
piso, y el precio de las acciones habían caído tan severamente que en un
momento se temió que la empresa podría quebrar.
Schultz
hizó bien su trabajo como empresario. el trajo la disciplina financiera,
eficiencia en la línea de fondo, y un enfoque de vuelta a lo básico para la
empresa. El crecimiento y el éxito había cubierto una gran cantidad de errores
y dio lugar a nuevos desarrollos e innovaciones en los productos de la
compañía.
Al igual
que con Steve Jobs en Apple, la segunda venida de Howard Schultz a Starbucks,
la salvó de ser simplemente otra empresa del montón, y dar un giro a una marca
icónica. Schultz, de 58 años, demostró que podía hacer lo que la mayoría de los
fundadores se dice que no se debe hacer: “desafiar a la vieja manera de hacer
las cosas”.
Y de esta
manera podemos ver como los sueños cuando están sincronizados con los deseos
genuinos de tu ser pueden convertirse en una realidad, seguí el ejemplo de
Howard, que con esta historia y esta filosofía: “pon tu corazón en ello” no sea
tan sólo ese artículo que leíste en una página, que historias como esta te
sirvan de motivación y prueba viviente de que “El que busca, encuentra” ,que
la gente produce lo major cuando hace cosas que ama, cuando está en
"su elemento", y el estar en tu elemento es hacer algo para lo que
tienes una capacidad innata. Y amarlo y sentir pasión por ello.
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